El vino, en su forma natural, se considera generalmente libre de gluten. Los ingredientes principales del vino son las uvas, el agua y la levadura, ninguno de los cuales contiene gluten.
Sin embargo, hay algunos puntos a considerar para asegurarse de que el vino que se consume esté completamente libre de gluten:
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Proceso de Producción: Aunque los ingredientes del vino no contienen gluten, el proceso de producción podría introducir gluten. Por ejemplo, algunos vinicultores utilizan productos que contienen gluten, como la pasta de trigo para sellar barricas o agentes clarificantes durante la clarificación. Sin embargo, esto es bastante raro y generalmente no resulta en una contaminación significativa por gluten.
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Contaminación Cruzada: La contaminación cruzada puede ocurrir si la bodega también procesa productos que contienen gluten. Para minimizar el riesgo, es recomendable buscar vinos etiquetados como libres de gluten o contactar directamente con la bodega para preguntar sobre sus procesos de producción.
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Ingredientes Añadidos: Los vinos saborizados, como algunos vinos de postre o cócteles de vino, pueden contener ingredientes añadidos que tienen gluten. Siempre revisa la etiqueta para ver si hay ingredientes adicionales si tienes una intolerancia severa al gluten o enfermedad celíaca.
Fuentes Expertas:
- Celiac Disease Foundation: Afirma que el vino es libre de gluten, pero aconseja precaución con los vinos saborizados o especializados.
- Beyond Celiac: Confirma que el vino, ya sea tinto, blanco o espumoso, es seguro para quienes evitan el gluten.
- Gluten-Free Watchdog: Proporciona análisis detallados y pruebas de varias bebidas alcohólicas, incluyendo el vino, en busca de contenido de gluten.
Aunque el vino tradicional es libre de gluten, siempre revisa las etiquetas y considera los riesgos de contaminación cruzada, especialmente con los vinos especializados o saborizados. En caso de duda, opta por vinos etiquetados específicamente como libres de gluten.