Almacenar correctamente el champagne es crucial para mantener su calidad y sabor.
Aquí tienes algunos consejos para una conservación óptima:
Temperatura
- Temperatura constante: Guarda el champagne en un entorno con una temperatura constante entre 10-15°C (50-59°F). Los cambios rápidos de temperatura pueden dañar el sabor y la calidad.
- Enfriamiento: Evita almacenar el champagne en el refrigerador durante largos períodos. El refrigerador es adecuado para enfriar a corto plazo antes de servir, pero es demasiado frío y seco para el almacenamiento a largo plazo.
Luz
- Oscuridad: Guarda la botella en la oscuridad o en una habitación con poca luz. La exposición a la luz, especialmente a la luz solar, puede dañar el champagne y darle un sabor "afectado por la luz".
Humedad
- Entorno húmedo: Un nivel de humedad ideal es alrededor del 70%. Un ambiente demasiado seco puede resecar el corcho, permitiendo que el aire entre y estropee el champagne.
Posición
- Almacenamiento horizontal: Guarda la botella de lado. Esto mantiene el corcho húmedo y evita que el aire entre en la botella.
Vibración y Movimiento
- Ubicación estable: Evita almacenar el champagne en lugares donde esté sujeto a vibraciones y movimientos. Estos pueden alterar el líquido y afectar negativamente al champagne con el tiempo.
Duración del almacenamiento
- Almacenamiento a largo plazo: Aunque el champagne puede almacenarse durante varios años, es mejor consumirlo dentro de tres a cuatro años después de la compra para disfrutar de su sabor y burbujas óptimos. Algunos champagnes de añada pueden almacenarse durante más tiempo.
Seguir estos consejos te ayudará a asegurar que tu champagne mantenga su calidad para que puedas disfrutarlo cuando llegue el momento de abrir la botella.