La tarta de fresas es el gran final de la celebración del solsticio de verano
Nata montada, fresas maduras al sol y quizás una capa de crema de vainilla: la tarta de fresas es un clásico del verano y el cierre perfecto para una comida de San Juan o una cena al aire libre. Para redondear la experiencia, vale la pena pensar en lo que se sirve en la copa.
Aquí te presentamos cuatro sugerencias de bebidas – con y sin alcohol – que acompañan de maravilla el postre más emblemático del verano.
1. Vino espumoso – fresco, afrutado y festivo
Un vino espumoso con buena acidez y notas de frutas rojas equilibra perfectamente la dulzura de la tarta y la cremosidad de la nata. Un rosado con toques de fresa y frambuesa es una elección ideal.
Recomendaciones:
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Champagne Brut Rosé
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Cava Rosado
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Prosecco seco con notas frutales
Un consejo: elige un vino seco en lugar de uno dulce para mantener la frescura del postre y de la bebida.
2. Moscato d’Asti – un vino de postre suave y con burbujas
Este vino italiano es ligero, dulce por naturaleza y con bajo contenido de alcohol. Sus aromas florales y frutales combinan perfectamente con fresas y nata. Ideal para una sobremesa veraniega al sol.
3. Opciones sin alcohol con frescura y carácter
Las bebidas sin alcohol también pueden ser festivas y sabrosas. Lo importante es buscar un buen equilibrio entre dulzor y acidez – y si es con burbujas, mejor.
Recomendaciones:
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Rosado espumoso sin alcohol
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Limonada de fresa con menta fresca
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Refresco de ruibarbo con acidez
Estas opciones no solo combinan bien con el postre, sino que también aportan color y frescura a la mesa.
4. Ron envejecido – para los que se atreven con algo diferente
Si la tarta incluye chocolate oscuro o frutas más intensas, un ron añejo puede ser una combinación sorprendentemente buena. Sus notas de vainilla, caramelo y frutas secas aportan profundidad al postre.
Convierte San Juan en un recuerdo enológico
Si celebras con una copa de burbujas, no tires el corcho. En Corkframes creemos que cada corcho guarda un recuerdo. Enmárcalo y deja que el solsticio de verano forme parte de tu pared – como un momento digno de recordar.