Los arándanos son una de las bayas más queridas en el norte de Europa. Crecen de forma silvestre en nuestros bosques y nos invitan tanto a paseos tranquilos como a momentos creativos en la cocina. Con su color azul intenso, dulzura fresca y alto valor nutricional, los arándanos ocupan un lugar natural en los menús de verano y otoño — desde bebidas refrescantes hasta tartas clásicas.
Cóctel de arándanos — frescura veraniega en un vaso
Un cóctel de arándanos es tanto hermoso como refrescante, perfecto como aperitivo o para una cálida noche de verano.
Mojito de arándanos — receta:
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4 cl de ron blanco
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1 puñado de arándanos frescos
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1 cucharadita de azúcar de caña
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Menta fresca
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Zumo de 1/2 lima
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Agua con gas
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Hielo
Maja los arándanos junto con el azúcar, la menta y el zumo de lima en un vaso. Añade hielo y ron. Completa con agua con gas y mezcla suavemente. Decora con más arándanos y una ramita de menta.
Tarta de arándanos — un clásico atemporal
La tarta de arándanos es una auténtica favorita, querida tanto por niños como por adultos. Es fácil de preparar y se puede variar con crumble, tapa de masa o base crujiente.
Tarta crumble de arándanos — receta:
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500 g de arándanos (frescos o congelados)
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1 cucharada de fécula de patata
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2 cucharadas de azúcar
Crumble:
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125 g de mantequilla
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200 g de harina
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100 g de copos de avena
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100 g de azúcar
Mezcla los arándanos con la fécula de patata y el azúcar, y colócalos en una fuente para horno. Mezcla la mantequilla con la harina, los copos de avena y el azúcar hasta obtener una textura desmenuzable. Distribuye el crumble sobre los arándanos y hornea a 200 °C durante unos 25–30 minutos, hasta que la superficie esté dorada. Sirve con salsa de vainilla o helado.