La tarta princesa es uno de los pasteles más queridos de Suecia. Con su icónico mazapán verde, nata montada esponjosa y crema de vainilla dulce, se ha convertido en la elección perfecta para cumpleaños, bodas y celebraciones especiales. Pero, ¿cuánto sabes realmente sobre este clásico atemporal?
Un pastel con historia real
La tarta princesa fue creada a principios del siglo XX por Jenny Åkerström, una profesora de economía doméstica que enseñaba a las princesas suecas Margaretha, Märtha y Astrid. En su libro de cocina Prinsessornas kokbok de 1929, originalmente se llamaba “pastel verde” debido a su característica cubierta de mazapán verde. El pastel se hizo tan popular entre las princesas que finalmente recibió el nombre de "tarta princesa".
Datos curiosos sobre la tarta princesa
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Cada año se venden más de medio millón de tartas princesa en Suecia.
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El color verde clásico simboliza frescura y la sensación de primavera.
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Tradicionalmente se coloca una pequeña rosa de mazapán rosa en la parte superior como símbolo de elegancia.
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También existen variantes con mazapán rosa o blanco, pero la versión verde sigue siendo la favorita.
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En Suecia, la “semana de la tarta princesa” se celebra durante la semana 37 de cada año como homenaje a este querido pastel.
Las mejores bebidas para acompañar la tarta princesa
Elegir la bebida adecuada para la tarta princesa significa equilibrar dulzura y frescura. Aquí algunas sugerencias:
Vino espumoso
Un cava o champán seco y fresco es una excelente combinación para el dulce mazapán y el relleno cremoso. Las burbujas ayudan a aligerar la textura rica del pastel.
Vino dulce
Si quieres potenciar la experiencia dulce, una copa de riesling dulce o un spätlese alemán son opciones deliciosas. El vino refleja la dulzura de la crema de vainilla y el mazapán de manera armoniosa.
Café
Para un toque sueco más tradicional, el café siempre es una apuesta segura. Su ligera amargura crea un buen contraste con la dulzura del pastel y equilibra el sabor.
Un pastel para celebrar — y recordar
La tarta princesa es mucho más que un postre. Es parte de la cultura y tradición sueca, asociada con celebraciones, unión y alegría. Ya sea acompañada de una copa de vino espumoso o de una taza de café recién hecho, seguro será el punto culminante y memorable de cualquier ocasión.