Cultivar tus propias hierbas es fácil y gratificante, pero ¿qué hacer cuando la cosecha es más grande de lo que puedes usar? La respuesta: ¡secarlas!
Las hierbas secas son una forma fantástica de capturar los sabores del verano y disfrutarlos durante todo el año. El orégano, el tomillo, el romero y la salvia son solo algunos ejemplos de hierbas que mantienen su aroma y carácter maravillosamente cuando se secan.
¿Qué hierbas son las mejores para secar?
La mayoría de las hierbas resistentes y leñosas son perfectas para secar, ya que contienen poca humedad de forma natural y tienen un sabor intenso. Algunas favoritas son:
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Orégano – aporta un toque cálido y mediterráneo a las salsas de tomate y pizzas.
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Tomillo – ideal para carnes, verduras de raíz y guisos contundentes.
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Romero – realza platos a la parrilla, patatas y panes.
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Salvia – clásica en salsas de mantequilla y platos como el saltimbocca.
Cómo secar hierbas en casa
1. Cosechar en el momento adecuado
Corta las hierbas antes de que florezcan, preferiblemente por la mañana cuando el rocío se haya evaporado pero antes de que el sol sea demasiado fuerte. En ese momento, el sabor es más concentrado.
2. Enjuagar y secar
Enjuaga suavemente con agua fría y seca con un paño limpio o deja secar al aire completamente.
3. Colgar o extender
Ata pequeños manojos y cuélgalos boca abajo en un lugar seco, ventilado y oscuro. También puedes extenderlas sobre una rejilla o papel de horno.
4. Almacenar correctamente
Cuando las hojas estén crujientes, están listas. Desmenúzalas en frascos o guarda las ramas enteras en recipientes de vidrio herméticos, preferiblemente oscuros para proteger el aroma.
Consejos extra de sabor
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Evita secar las hierbas al sol directo: puede decolorarlas y reducir su sabor.
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Prueba las hierbas antes de secarlas para decidir la intensidad que prefieras.
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Añade un trozo de chile seco o ajo al frasco si quieres darle un toque especial a la mezcla.
Secar hierbas es una opción sostenible y deliciosa. Tener un estante lleno de especias caseras te permite disfrutar de tus sabores favoritos mucho después del verano — y cada vez que cocines, podrás recordar esos días soleados en el jardín.