Hotel At Six – Style, Views and Puls in the Heart of Stockholm!

Hotel At Six – Estilo, vistas y calma en el corazón de Estocolmo

¿Buscas un hotel con vistas, desayuno memorable, diseño escandinavo y ubicación inmejorable en Estocolmo?

Nosotros lo encontramos. Y volveremos.
Descubre los mejores bares en azoteas de Marbella – Para amantes del vino con gusto por las vistas Leiendo Hotel At Six – Estilo, vistas y calma en el corazón de Estocolmo 6 minutos

Hay hoteles a los que simplemente se va a dormir. Y hay hoteles que convierten toda la estancia en una experiencia, incluso si uno nunca sale del edificio. Hotel At Six, ubicado en Brunkebergstorg en el centro de Estocolmo, pertenece sin duda a la segunda categoría.

Una de las principales razones por las que elegimos At Six fue su ubicación. A tan solo unos minutos caminando de T-Centralen, el nodo principal de metro, trenes y transporte al aeropuerto. Ya sea que vayas a Stureplan, Kungsholmen, Södermalm o el casco antiguo, todo está cerca. Un punto de partida inmejorable para un fin de semana en la ciudad.

El edificio que alberga At Six fue en su día una sede bancaria, imponente y brutalista. Hoy, es algo totalmente distinto. Una visión audaz transformó este espacio en un nuevo tipo de hotel, que combina lujo con una personalidad muy marcada. Elegante, sí, pero con actitud.

En medio del bullicio urbano, At Six ha creado un mundo propio. Un entorno tranquilo, moderno y bien pensado, donde el diseño, el servicio y la atmósfera se unen en equilibrio. Desde el primer momento en el vestíbulo —con arte en las paredes, luz tenue y un ambiente sonoro cuidado— uno siente que está en el lugar adecuado. ¿Berlín? ¿Tokio? No, en pleno Estocolmo.

Una oportunidad para reunirnos

En Corkframes trabajamos desde distintas ciudades de Suecia, por lo que no siempre coincidimos en persona. Este fin de semana, cinco de nosotros nos reunimos en Estocolmo para compartir experiencias, fortalecer el equipo y desconectar un poco. Y no podríamos haber elegido mejor base que At Six: un hotel que se convirtió en casa, oficina y refugio a la vez.

La habitación con vistas

Nos repartimos entre la planta 15 y la 13, y todas las habitaciones ofrecían vistas espectaculares sobre los tejados de Estocolmo y la plaza Brunkebergstorg. Aunque, sin duda, la vista desde la planta 15 fue la más impresionante. Con ventanales de suelo a techo, el horizonte urbano se abría como un mar silencioso de chimeneas y tejas.

Las habitaciones tienen el tamaño justo: no son enormes, pero sí inteligentes, bien distribuidas y decoradas con tonos naturales y materiales nobles. También hay opciones con vistas al patio interior, ideales para quienes buscan un ambiente más tranquilo. En resumen, hay una habitación para cada estilo de viajero.

El desayuno: generoso y bien ejecutado

El desayuno en At Six es una experiencia en sí misma. El ambiente es elegante, pero relajado: maderas oscuras, iluminación suave y una acústica que permite tanto el silencio como la conversación. Uno se quiere quedar. Y eso hicimos.

La oferta es clásica, pero cuidada. Nos encantó especialmente la fruta fresca, servida en piezas cortadas y jugosas: naranjas, melón y más. El bacon crujiente y perfectamente cocinado fue una grata sorpresa, y la tortilla con un toque picante fue tan deliciosa que repetimos.

También había pan recién horneado, pudding de chía en vasitos de cristal, huevos pochados a pedido y café fuerte y aromático. Todo pensado con mimo. El desayuno se lleva un 10 sin duda.

El restaurante: At Six Dining Room

Si decides cenar en el propio hotel, At Six Dining Room es una apuesta segura. El menú es estacional, con raíces nórdicas y matices internacionales. Los platos son equilibrados, bien presentados y llenos de sabor. Probamos un steak tartar con setas encurtidas y un pescado a la parrilla con mantequilla tostada, hinojo y cítricos: ambos exquisitos.

Pero no solo brilla la cocina. La carta de vinos y bebidas está cuidadosamente curada, con un enfoque claro en la calidad. Probamos diferentes maridajes y quedamos encantados: hay clásicos europeos, vinos naturales modernos y opciones sin alcohol sorprendentemente buenas. El personal supo orientarnos con calidez y sin presiones.

Es un restaurante que se siente auténtico, natural. Como todo el hotel: sofisticado, pero nunca pretencioso.

El gimnasio – funcional y con estilo

Para quienes quieren mantenerse activos, el hotel cuenta con un gimnasio moderno y bien diseñado en el sótano. Tiene todo lo necesario: cintas de correr, pesas libres, espacio para estiramientos… y todo en un entorno visualmente cuidado. Un plus inesperado.

TAK – cócteles con vistas

Encima del hotel se encuentra TAK, un restaurante y bar con una de las mejores vistas de Estocolmo. La cocina fusiona Japón con Escandinavia en un concepto elegante pero accesible. Durante nuestra visita, coincidimos con un festival de sake, lo que sumó un plus inesperado. Pero incluso sin eventos, TAK merece la visita solo por sus vistas.

Stockholm Under Stjärnorna – el rooftop del verano

Justo al lado, en la misma azotea, se encuentra SUS (Stockholm Under Stjärnorna) – uno de los rooftops más grandes y vibrantes de la ciudad. Muchos dicen que es el mejor. En el verano de 2025, SUS y At Six ofrecerán música en vivo, DJs, cine al aire libre y eventos especiales. Un oasis urbano sobre los tejados, perfecto para tardes que se alargan.

Detalles que suman – y un ventilador cuando lo necesitas

También valoramos los pequeños gestos. Como la máquina de hielo en el pasillo, ideal para un trago relajado en la habitación.

¿Si tuviéramos que señalar un “pero”? La habitación nos pareció algo cálida. Claro que yo soy de los que duermen con la ventana abierta incluso en invierno... Aun así, llamé a recepción y en menos de cinco minutos trajeron un ventilador. Rápido, amable, solucionado.

Un lugar al que queremos volver

Lo que hace único a At Six no son solo sus habitaciones, su gastronomía o su diseño. Es la experiencia global. Cada detalle está pensado. Todo encaja para ofrecer calma en medio de la ciudad.

Nos fuimos con un poco de sake en el cuerpo, sol en la cara y la sensación de haber viajado, aunque nunca salimos de Estocolmo. Volveremos. Ojalá a la planta 15, café en mano y vistas sobre los tejados

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