Con la llegada de la primavera y el regreso de la luz, uno de los ingredientes más esperados de la temporada aparece en platos y menús: los espárragos. Elegantes, sabrosos y sorprendentemente versátiles, se han convertido en un imprescindible en muchas cocinas primaverales.
¿Espárragos verdes o blancos? – ¿Cuál es la diferencia?
Los espárragos verdes crecen por encima de la tierra y adquieren su color gracias a la luz solar. Su sabor es fresco, ligeramente herbal y con un toque de nuez, ideal para platos ligeros.
Los espárragos blancos crecen bajo tierra, protegidos del sol, lo que les da un color pálido y un sabor más suave y mantecoso. En países como Alemania, Francia y los Países Bajos, los espárragos blancos son considerados una verdadera delicadeza de temporada.
Cómo preparar espárragos
Ya sean verdes o blancos, la clave es mantenerlo simple y dejar que el producto hable por sí solo.
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Los espárragos verdes solo necesitan enjuagarse y cortar un poco el extremo inferior.
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Los espárragos blancos deben pelarse con cuidado y cocerse un poco más.
Consejos de preparación:
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Escaldar brevemente en agua con sal, una pizca de azúcar y una nuez de mantequilla.
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Asar o saltear con aceite de oliva, ralladura de limón y sal marina.
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Servir fríos en ensalada con parmesano, hierbas frescas y una vinagreta.
Espárragos y vino – Una combinación delicada pero deliciosa
Combinar vino con espárragos puede ser complicado, ya que contienen compuestos que pueden alterar el sabor del vino. Pero con la elección adecuada, el maridaje puede ser perfecto.
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Los espárragos verdes combinan muy bien con vinos blancos frescos y ácidos como el Sauvignon Blanc, especialmente del Valle del Loira o Marlborough.
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Los espárragos blancos se adaptan mejor a vinos blancos suaves y redondos como Pinot Blanc, Grüner Veltliner o un elegante Chardonnay.
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Si los sirves con mantequilla o salsa holandesa, una champaña añeja puede ofrecer un contraste perfecto.
¿Sabías que…?
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Los espárragos se cultivan desde hace más de 2.000 años y ya eran populares en la antigua Roma.
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Antiguamente se consideraban un afrodisíaco.
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La temporada es corta – normalmente de abril a principios de junio – lo que los hace aún más apreciados.
La temporada de espárragos es breve, y precisamente por eso es tan especial. Aprovecha el momento: celebra la primavera, abre una buena botella de vino y disfruta sin prisas.
