El caramelo de azafrán se ha convertido en uno de los dulces más queridos de la Navidad. La combinación de nata, mantequilla y azúcar se mezcla con el cálido y aromático sabor del azafrán, una especia que representa tanto el lujo como la tradición. El resultado es un caramelo dorado y suave, con un sabor profundo y reconfortante que aporta elegancia y calidez a las fiestas.
Envueltos en papel encerado o celofán y atados con una cuerda, estos caramelos también son un regalo casero encantador que transmite el auténtico espíritu navideño.
Receta: Caramelo clásico de azafrán con sal marina
Ingredientes (aprox. 40 piezas)
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50 g de mantequilla
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300 ml de nata para montar
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300 g de azúcar
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150 ml de sirope claro
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2 sobres de azafrán (1 g en total)
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1–2 cucharaditas de sal marina en escamas
Preparación
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Forra un molde pequeño (aprox. 15×20 cm) con papel de horno.
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Derrite la mantequilla en una cacerola de fondo grueso. Añade la nata, el azúcar y el sirope.
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Cocina a fuego medio hasta que la mezcla alcance 124–126 °C o pase la prueba de la bola blanda (una bola maleable en agua fría).
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Incorpora el azafrán al final de la cocción.
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Vierte la mezcla en el molde preparado y espolvorea la sal mientras aún esté caliente.
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Deja enfriar completamente a temperatura ambiente. Corta en piezas con un cuchillo caliente.
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Guarda los caramelos en un recipiente hermético con papel de horno entre capas.
Consejos
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Evita remover demasiado mientras hierve, ya que puede cristalizar el azúcar.
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Usa un termómetro para conseguir la textura perfecta.
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Dale un toque personal con ralladura de naranja, coco tostado o bañándolos en chocolate negro.
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La sal marina equilibra la dulzura y realza el sabor.
Presentación y servicio
El caramelo de azafrán combina perfectamente con café, vino dulce o glögg. Sírvelo en una bandeja navideña o preséntalo en un frasco con cinta como regalo artesanal. Su color dorado y su brillo suave lo hacen tan atractivo en fotos como en la mesa navideña.