El Kladdkaka es uno de los pasteles más queridos en Suecia. Con su textura densa y pegajosa, su intenso sabor a chocolate y su sencilla preparación, se ha convertido en un verdadero clásico en la mesa de café. Se parece a un fondant de chocolate, pero es aún más fácil de hacer en casa.
El secreto está en el tiempo de horneado: el pastel debe quedar suave y pegajoso en el centro, con una ligera capa crujiente en la superficie. Sírvelo con nata montada, helado de vainilla o frutas frescas.
¿Sabías que…?
El Kladdkaka se popularizó en Suecia durante la década de 1970 y desde entonces se ha convertido en un básico en muchos hogares y cafeterías. Es tan apreciado que incluso tiene su propio día – Kladdkakans dag – que se celebra cada año el 7 de noviembre.
Receta básica de Kladdkaka
Ingredientes:
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100 g de mantequilla
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250 g de azúcar
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2 huevos
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150 g de harina de trigo
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3 cucharadas de cacao en polvo
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1 cucharadita de azúcar de vainilla (o extracto)
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Una pizca de sal
Preparación:
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Precalienta el horno a 175 °C.
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Derrite la mantequilla en un cazo.
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Añade el azúcar y los huevos – mezcla suavemente sin batir demasiado.
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Incorpora la harina, el cacao, la vainilla y la sal. Mezcla hasta obtener una masa homogénea.
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Vierte la mezcla en un molde engrasado y enharinado de unos 22 cm de diámetro.
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Hornea durante 15–20 minutos. El pastel debe quedar suave y pegajoso en el centro.
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Deja enfriar un poco antes de servir.
Variaciones para probar
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Regaliz y frambuesas – añade polvo de regaliz a la masa y decora con frambuesas frescas.
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Mantequilla dorada y sal marina – dora la mantequilla para un sabor a nuez y espolvorea con sal en escamas.
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Chile y lima – una combinación sorprendente de picante y frescura.
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Café y cardamomo – un sabor a chocolate más profundo con un toque especiado.
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Chocolate blanco y arándanos – una versión más clara y cremosa con un toque afrutado.
Maridaje de bebidas con Kladdkaka
El intenso sabor a chocolate combina a la perfección con bebidas que equilibran la dulzura. Una copa de vino de postre, como un Oporto o un tinto dulce italiano, es una elección clásica. Para una opción sin alcohol, un café fuerte o un chai especiado son el acompañamiento ideal.
El Kladdkaka es sencillo, rápido y versátil – un clásico sueco que siempre encanta.