La sidra tiene una larga historia y se elabora a partir de manzanas o peras que fermentan de forma natural. Desde las variedades secas inglesas hasta las espumosas francesas y las ácidas españolas, la sidra ofrece una diversidad similar a la del vino. En este artículo exploramos las diferencias entre los distintos tipos de sidra y cómo combinarlos mejor con la comida.
¿Qué es la sidra y cómo se elabora?
La sidra se produce prensando manzanas o peras para obtener mosto, que luego se fermenta. Durante la fermentación, el azúcar se convierte en alcohol, dando forma al sabor final.
Las diferencias entre las sidras dependen de varios factores:
- Calidad de la fruta – La sidra artesanal se elabora a menudo con variedades de manzana especiales que aportan mayor complejidad de sabor.
- Método de producción – Algunas sidras fermentan lentamente para conservar los sabores naturales de la fruta, mientras que otras se elaboran rápidamente con azúcar añadido y aromas artificiales.
- Maduración – Algunas sidras se envejecen en barricas o botellas, lo que aporta una mayor profundidad de sabor.
Diferentes estilos de sidra y sus orígenes
Sidra inglesa – Seca y robusta, con un sabor intenso a manzana y a veces con un ligero toque tánico. Perfecta para acompañar quesos curados o carne a la parrilla.
Sidra francesa (Cidre) – Espumosa y afrutada, a menudo con un dulzor natural. Ideal con cerdo, pato o una tabla de quesos con brie y camembert.
Sidra de pera (Perry) – Ligera y floral, con una acidez fresca. Una excelente opción para mariscos o una ensalada fresca.
Sidra española (Sidra) – Ácida y refrescante, con un toque natural de levadura. Tradicionalmente, se vierte desde una altura para airearla. Perfecta con tapas, embutidos y quesos fuertes.
Sidra y comida – una combinación perfecta
La sidra es una excelente opción para acompañar la comida, ya que su acidez natural y su carácter afrutado realzan los sabores de los platos. Estas son algunas de las mejores combinaciones:
Sidra inglesa seca + queso curado – Los taninos de la sidra equilibran la salinidad y la cremosidad del queso.
Sidra española + tapas – Ideal con aceitunas, jamón ibérico y chorizo picante.
Sidra francesa + cerdo o pato – El dulzor de la sidra complementa la jugosidad de la carne.
Sidra de hielo + postre – La intensidad frutal de la sidra de hielo marida bien con el chocolate y los quesos azules.
La sidra artesanal – una tendencia en crecimiento
Cada vez más pequeños productores están apostando por la sidra auténtica, sin aditivos y con un alto contenido de jugo de fruta. Microproductores escandinavos como Brutes, Fruktstereo y Pomologik están innovando con manzanas locales y fermentación natural para crear sidras más complejas y emocionantes.
La sidra es mucho más que una simple bebida dulce de verano: puede ser compleja, refrescante y una excelente alternativa al vino o la cerveza. Ya sea que prefieras una sidra seca y ácida o una más afrutada, hay un estilo para cada gusto. La próxima vez que pruebes una sidra, elige una artesanal y descubre la diferencia.